Hay pocas cosas mejores que la comida casera… o eso nos dijeron antes de que la tuviéramos que preparar nosotros mismos. Para quienes somos principiantes en el arte de cocinar no es cosa fácil lograr una verdaderamente buena pues hay muchos errores que nadie nos explica cómo resolver.
Errores cocinando
Los errores que más cometemos cocinando y cómo evitarlos
En vez de seguir cometiendo esos errores mientras cocinas, mejor vamos a apuntarlos aquí y a decirte qué debes hacer para que de ahora en adelante, te vayas perfeccionando. ¡Verás que es bastante fácil!
Exigirle demasiado a la sartén
Esto es un error bastante común y frecuente que comete el 90% de las personas. Por ser muy impacientes y querer comer ya, meten en un mismo sartén demasiada comida. Por ejemplo, quieren hacer unas pechugas de pollo, y en un sartén mediano meten cuatro, las cuales están más apretadas que sardinas en lata. La idea es que la comida no se toque, y poner como máximo dos pechugas para que de ésta manera el calor se distribuya uniformemente, y así nos evitamos esas veces donde queda hecho por fuera pero crudo por dentro.
Freír con aceite de oliva
¡Esto es terribleeee! Resulta que el aceite de oliva, a diferencia de otros aceites, se quema a una temperatura inferior a lo que lo haría por ejemplo el aceite vegetal. Eso quiere decir que para freír, como se necesita alcanzar una temperatura muy alta, vas a quemar el aceite y por ende agregarle un daño extremo al alimento que sumerjas ahí. Lo ideal es utilizarlo sólo para hacer algún salteado de vegetales rápido o por supuesto, crudo para ensaladas, pero ni se te ocurra asar un filete o algo por el estilo que requiera un tiempo prolongado de calor con éste aceite.
Pasta sin sabor
La pasta salada es bastante terrible, pero una pasta sin sabor se le acerca. ¿Sabes qué es triste? Esmerarte en preparar una salsa increíble y no lograr tener ese resultado deseado porque la pasta sabe a literalmente una masa insípida. No te vamos a culpar por éste error, pues te entendemos, y la manera de sazonarla siempre depende mucho de los gustos de las personas; hay algunas que tienen una mayor tolerancia a la sal y otras que no tanto, pero lo estándar es una cucharada y media de sal por cada libra de pasta, independientemente del tipo que estés utilizando.
Asar un bistec frío
¡NOOOOO! Yo sé que tienes hambre, y sé que se te olvidó sacar del refrigerador la carne para tu almuerzo, pero lo correcto es esperar a que se descongele naturalmente y cuando esté a temperatura ambiente es que puedes meterla en el sartén caliente. Así no corres el riesgo de descomponer la carne y además, evitas ese molesto error donde la carne queda tostada afuera y cruda y fría adentro.
Malas mediciones
Vaya que hay equivocaciones constantes en este punto. Esto aplica sobre todo cuando se están haciendo postres, donde las medidas son elementales y si nos llegamos a equivocar, podemos generar un maxi desastre. Lo ideal es medir los ingredientes que son secos con la cuchara medidora -si es así que se llama-. La cosa es no utilizar esas tazas que vienen con números marcados, sino la que es redondeada y que por lo general vienen en un set de varias, una de 1/4, otra de 1/2 y otra de 1 taza. Ésta te permite llenar al raz el instrumento, asegurándote de que no agregues ni un gramo más ni un gramo menos.
Enfriar antes de tiempo
A menos de que quieras echar a perder tu refrigerador, mejor deja reposar ese alimento que acabas de sacar del horno y cuando esté fresco es que puedes meterlo en la nevera. Nuevamente, sé que la paciencia tal vez no sea lo tuyo, pero para cocinar debes ser paciente. Cuando hagas un pie o algo por el estilo, si estás apurado, puedes poner en una ponchera grande mucho hielo y encima colocar el pie. De esta manera vas a hacer que se enfríe sin dañar ningún aparato de la línea blanca en el proceso.
El orden de los factores SÍ altera el producto
Cuando vamos a hacer alguna preparación que lleve bastantes ingredientes, es importante respetar los tiempos de cocción de cada uno de ellos. Por ejemplo, supongamos que vamos a hacer unos huevos revueltos con queso. Poner el queso de primero con la leche, luego los vegetales precocidos y de último los huevos ocasionaría un total desastre, todo duro y el queso seguramente agarraría ese sabor desagradable a quemado. Lo ideal en ese caso es poner primero los huevos, luego el queso y por último los vegetales para que no se pongan aguados.
Ajo quemado
Lo más seguro es que aquí todos hemos quemado ajo al menos unas cien veces en nuestras vidas, pero eso puede cambiar. El ajo es de esos alimentos que tornan un color dorado bastante rápido, es por eso mismo que lo recomendable es agregarlo de último en un sofrito, así vas a evitar que se queme. Otra cosa importante es que, si se te quema el ajo, debes desecharlo, no hay nada que hacer ahí y el ajo quemado sabe bastante terrible, puede incluso a dañarte totalmente un plato.
Espinacas saltarinas
Las espinacas forman parte de ese grupo de vegetales que son más agua que otra cosa, al igual que los champiñones. Estos se deben lavar pero a la vez deben secarse totalmente bien, de no ser así, cuando los metas en el sartén con aceite caliente, éste va a repeler el agua y va a saltar por todas partes, lo cual puede ser bien peligroso para ti, pues las quemaduras de aceite pueden llegar a ser bastante severas.
No dejar reposar la carne
Otro grave error que usualmente está relacionado a la falta de paciencia que tenemos, es el de cortar la carne justo cuando acaba de salir del fuego, ya sea de un sartén, un horno o el grill. Te explico el porqué no debe hacerse esto, y es que todos los líquidos de la carne están concentrados adentro de ella, para que se siga conservando jugosa, hay que dejar que se refresque un poco, entre en un momento bien chill y ahí, justo cuando se ha refrescado es que puedes cortarla. De resto harás que esos lindos jugos que son nuestros mejores amigos se salgan, obteniendo una carne seca y dura.
Fuente [red.land]